De Cobija a Villazón, hay una veintena de zonas ilegales de chutos en el país.
HOY LA PROBLEMATICA DEL DESCONTROL REGISTRAL E IDENTIFICATORIO DE LOS AUTOMOTORES EN BOLIVIA, PARECIERA SER DOMÉSTICA, ASI COMO EN LOS 70 SE CREYO QUE EL FLAGELO DEL MARCOTRAFICO ERA SOLO DE COLOMBIA, MÁS TEMPRANO QUE TARDE NOS CONSUMIRA TODA SUDAMERICA, MIENTRAS DEL NORTE Y CENTRO, SE ENDULSAN CON LOS AUTOS «CHOCOLATES», ESPERO NO HACERNOS LOS DISTRAIDOS ESTA VEZ, COMO LO FUE EN LOS 70, PORQUE EL DELITO AUTOMOTOR, ES EL PRELUDIO DE LA MARCOCRIMINALIDAD, Y DELITOS PERIFERICOS.
@elfabri
La organización nacional de propietarios de autos indocumentados se moviliza por una segunda nacionalización de 200 mil automotores. Los mercados ilícitos operan en todo el país sin control.
“Los vehículos chutos circulan en todo el país. Están en La Paz, en El Alto y los Yungas, en pueblos y provincias de Oruro, en el Chapare y en todas las provincias de los valles como en las de Santa Cruz”, asegura el gerente general de la Cámara Automotor Boliviana, Luis Encinas, respecto a las zonas donde operan y/o circulan los vehículos indocumentados.
Página Siete identificó más de una veintena de estas zonas y/o mercados irregulares en el país donde operan y se comercializan ilegalmente los vehículos chutos, clonados o “gemeleados”.
Se los puede observar circular libremente en cada extremo de las fronteras, desde Cobija (Pando) hasta Villazón (Potosí). Están en todos los departamentos del país, en las provincias, municipios y comunidades: en La Paz (El Alto, Caranavi, los Yungas, Caranavi, Sorata), Cochabamba (en los valles, el Cono Sur, Kami y el Chapare), Santa Cruz (Valle Grande, San Julián, San Matías, Yapacaní, San Ignacio de Moxos, San Ignacio de Velasco, entre otros), en Beni (Trinidad, Rurrenabaque), en Pando (Cobija, El Senas), Oruro (Challapata, Patacamaya) y Potosí (Villazón, Uncía).
Desde hace unos meses opera un comité nacional que representa a los propietarios de vehículos indocumentados. Sus afiliados han realizado diferentes protestas y movilizaciones con la finalidad de presionar al Gobierno para que apruebe un decreto de nacionalización “por única vez”.
“Nos han dado algún visto bueno, mientras tanto nuestras medidas de presión siguen. Tenemos acercamientos con diputados y senadores del MAS y de la oposición, pero no vamos a dar nombres por no entorpecer las negociaciones”, afirma el representante nacional de los propietarios de vehículos indocumentados, Rubén Ferrufino.
Asegura que este comité agrupa a 200 mil propietarios de autos chutos en Bolivia y que solo esta cifra sería beneficiada por la amnistía. Sin embargo, según datos de la Cámara Automotor hay más de 400 mil unidades sin papeles “que circulan libremente en todo el país”.
Fronteras sin control
“Como estamos en frontera (en Cobija, Pando) hay más autos que ingresan sin papeles desde Brasil. Están circulando y también están a la venta. El que no tenga documento afecta al pago de impuestos municipales y de combustible porque no cargan legalmente, lo hacen de los revendedores de manera ilegal. Algunos chutos circulan con placas nacionales gemeleadas. Más que autos hay motos chutas por todo lado y ni Policía ni la Aduana realizan controles ni operativos”, cuenta Rolando M. habitante de Cobija.
Asegura que también observa, casi a diario, a funcionarios municipales y de la policía pandina que utilizan estos vehículos sin placas para desempeñar sus funciones. “Se ha normalizado este ilícito. Si la Policía y los funcionarios de la Alcaldía los usan es obvio que los demás también lo van a hacer”, lamenta.
Raúl N., oriundo de La Paz, pero habitante de Trinidad desde hace 20 años, explica que a la capital beniana ingresan vehículos indocumentados de lujo o último modelo desde Chile, Brasil y Paraguay.
“El Beni siempre se ha caracterizado por tener muchos vehículos chutos porque aquí no hay Estado, ni siquiera en Trinidad. No hay Aduana ni control policial. Es normal que circulen sin placa. Los últimos seis meses están ingresando por Chile vehículos Toyota y de otras marcas de súper lujo. También están llegando últimos modelos por Brasil y Paraguay. Es un negocio redondo en Trinidad”, dijo Raúl.
Otra región fronteriza atractiva para los chuteros es Villazón , frontera con Argentina. Ademas de ser una zona roja para el paso y comercio de productos y alimentos de contrabando, allí se ha normalizado la circulación de motorizados ilegales.
“Tengo mi autito sin placa y trabajo transportando toda clase de mercadería. Así uno se gana la vida. Eso es normal acá. También fui a Yacuiba (en Tarija) y pasa lo mismo”, dijo el transportista Ernesto N.
“Mercado negro” en el Chapare
Página Siete visitó, en diferentes oportunidades, el trópico cochabambino donde evidenció que vehículos y motocicletas chutas circulan con normalidad en Villa Tunari, Chimoré, Ivirgarzama, Shinahota, Entre Ríos y Puerto Villarroel.
Hay tres ferias o playas en el Chapare donde se comercializan estos autos. Los viernes se organizan en Shinahota, los sábados en Chimoré y los domingos en Ivirgarzama. Estas ferias no solo generan movimiento económico con la venta de estos autos, sino también activan otros negocios como restaurantes, repuestos para motos y vehículos y otros.
“Con mi familia vamos a las ferias de viernes a domingo, hay venta y se gana bien nomás.Vendemos comida y ropa”, cuenta Julia C. oriunda de Entre Ríos.
Respecto a si temen a los controles policiales o de la Aduana, Julia responde que ahí los agentes del orden y los militares temen a los pobladores del Chapare porque allí “ellos mandan”. “Como Evo Morales vive acá, la Policía actúa con cautela porque quizás regrese al Gobierno. Además, están respaldados por su sindicato. Los sindicados acá pisan fuerte, ellos mandan”, dice.
Siembra de chutos en Yungas
Así como de coca, las poblaciones de Yungas están sembradas de autos chutos. Casi todos los vehículos que circulan por Chulumani, Coripata e Irupana son ilegales, no tienen placa ni SOAT. Los propietarios -la gran mayoría productores de coca- aseguran que los motorizados son sus herramientas de trabajo. La Policía, a falta de efectivos, se ve sobrepasada por los chuteros.
Cientos de vehículos llenan de polvo las calles angostas de Chulumani; son tantos que provocan congestión en la entrada a la capital de Sud Yungas. Los hay de todas las marcas y modelos, desde modestos Toyota de los 90 hasta vagonetas Land Cruiser “saliditas de paquete”.
Todos tienen en común la ausencia de placas porque han entrado ilegalmente desde la zona fronteriza de Oruro. Llegan directamente por caminos precarios que conectan Inquisivi, Lambate e Irupana. De allí se distribuyen hacia pueblos yungueños del sur y del norte.
Se venden en las ferias que se instalan una vez a la semana. En el norte, las más grandes son las de Palos Blancos y Caranavi; en el sur crece la de Chulumani.
Challapata la “eterna” feria
El municipio orureño de Challapa es otra zona donde se comercializan abiertamente vehículos sin papeles. En octubre de 2012, la Aduana, en coordinación con los militares, realizó un operativo en esta región secuestrando los motorizados indocumentados. Sin embargo, pronto ese negocio ilícito se volvió a reactivar como centro que congrega a contrabandistas de Cochabamba, La Paz, Santa Cruz y otros departamentos.
La oferta de chutos es amplia. Los venden desde 2.000 dólares hasta 15.000 dólares dependiendo del modelo y del año.
Carga ilegal de combustible
Por norma, las estaciones de servicio del país no pueden vender combustible a los propietarios de los vehículos si no están registrados en el B-Sisa. Este sistema controla la comercialización de los carburantes.
Sin embargo, los chuteros recurren a otras estrategias. En el Chapare, por ejemplo, se ha creado un mercado negro de gasolina. En la carretera es habitual observar letreros que ofrecen el carburante a precios elevados. Mientras que el precio oficial del litro de gasolina especial es de 3,74 bolivianos, en los puestos ilegales lo venden a entre seis y 10 bolivianos.
Encinas explica otra estrategia que emplean los chuteros para adquirir combustible. “En los surtidores está prohibido vender en envases. No pueden vender turriles llenos, por eso sólo dan 130 litros y no los 200 litros que es su capacidad. Esos turriles son los que ofrecen en las carreteras y pueblos estos negocios portátiles y clandestinos”, alerta.
Contra la nacionalización
La Cámara Automotor de Boliviana está en contra de una nueva nacionalización de autos indocumentados, por las pérdidas que representa para el sector legal y para el Gobierno.
Con la legalización de los chutos se pretende recaudar 2 mil millones de bolivianos (287 millones de dólares) de 200 mil vehículos, según los propietarios de los indocumentados. “Esa recaudación sería por única vez, pero la subvención de combustible que van a consumir acarrearía un costo de 250 millones de dólares por año. Eso no es una ventaja para el Estado”, argumenta Encinas.
Fuente: www.paginasiete.bo